De niño, ciertos afinaron mi óptica: todos los carácteres matizaron mi fisonomía. Los Fenómenos acaecieron. Ahora, la inflexión eterna de los momentos y el infinito de las matemáticas me acosan en este mundo donde padezco todos los logros civiles, donde gozo del respeto de la extraña infancia y recibo grandes muestras de afecto. Sueño con una guerra, legítima o forzosa, de lógica sumamente imprevista.
Tan sencillo como una frase musical.
No hay comentarios:
Publicar un comentario